miércoles, 9 de septiembre de 2009

Blessings

Cielo azul, verdes bosques, ríos de agua cristalina y flores multicolores por doquier.

Un joven Rey sentado en su trono medita sobre su vida. Hace años pasó de ser un encantador príncipe a un rebelde fugitivo. Después tuvo que transformarse en un feroz soldado y recuperar lo que era suyo por derecho propio. Y la historia tuvo un final feliz: fue coronado como Rey sobre una tierra milenaria, mágica y única: Narnia.
Pero: ¿la historia había terminado? No, era sólo el comienzo.
El majestuoso Rey se puso en pie y caminó lentamente por los pasillos de su castillo.

Buscaba a alguien en especial, a cierta Dama que le quitó el sueño por varias noches, una doncella que lo enamoró a primera vista… su Señora… su Reina.
Salió por unas puertas laterales que lo conducían a una hermosa huerta. Caminó por el césped mojado disfrutando de los deliciosos olores que los árboles frutales desprendían con tanta amabilidad. Los profundos, sabios y oscuros ojos del Rey se posaron en este verde y bello panorama, buscando…

Hasta que la encontró. Una bella dama de largos cabellos rubios cual río dorado estaba de pie ante el cielo azul y el sol del atardecer. Sus vestiduras, claras y hermosas, adornaban su silueta y una fina diadema de perlas y brillantes coronaba su real cabeza.
Sintiendo la presencia de Su Rey, se dio media vuelta con una gran sonrisa, esa que el Rey amaba por sobre todas las cosas.

Te buscaba- pronunció el monarca dulcemente

Y nosotros te esperábamos
- respondió la Reina extendiendo sus finas manos por sobre su abultado vientre.

El Rey siempre experimentaba una alegría inmensa al pensar en su hijo… en su heredero. Presentía que sería hombre, aunque eso no le importaba demasiado. Amaría a su príncipe o a su princesa con la misma intensidad
La Reina se acercó al Rey y lo saludó con un suave y delicado beso en los labios. Luego tomó su mano y la acercó a su suave mejilla. Siempre solía hacer esto, la mano fuerte de su amado era su tesoro invaluable.
Caminaron juntos por un sendero precioso, mientras escuchaban el canto de alegres dríades. Hablaron de su Reino, de sus súbditos y de su futuro heredero. El Rey acarició el vientre de la Dama y fue justo en ese momento cuando una brisa más tibia de lo normal los envolvió con la suavidad de una caricia…

El Rey reconoció esa señal

Miró a su Dama y le dijo:

Escucha, abre tu corazón y lo sentirás

La Dama asintió con su cabeza

La brisa siguió ondeando sus vestiduras reales, y los monarcas en vez de sentirse inquietos ante tal peculiar evento, experimentaron una paz que pocos conocen.

Rilian… Rilian… Rilian…

Pronunció una Voz muy conocida, suave, fuerte, misericordiosa, terrible…

Aslan…
pronunció el Rey contento, confuso y atemorizado

No teman mis hijos… Rilian nacerá sano, fuerte y valiente. Será un gran Rey.


Y la Voz desapareció para siempre.

El Rey miró a su Reina, la cual tenía los ojos cerrados.

Así que esta es la Voz del Creador
… dijo abriendo sus ojos tan azules como el cielo.

Los monarcas se miraron y sonrieron. Su bebé sería un varón, un lindo niño al cual le llamarían Rilian. No existía ese nombre en las Crónicas del reino Narniano, era completamente nuevo. Pero poseía una bendición especial. La bendición del León.

1 comentario:

  1. Awww nona por fin subiste la historiaa!!! (Y por fin te comento) Sorry, pero entre tanta cosa, y'know!
    Como ya te dije la otra vez, quedé maravillada con la historiaaaaaa! Tan delicada, mágica!
    Me encanta! Yo no soy mucho de fan fics, pero el tuyo lo amo! Hay unos que apestan, como el de la relacion lucy-peter, o lucy- Tumnus :S!
    Tu sigues la misma línea que hubiese seguido Lewis si hubiese escrito los pasajes no conocidos de Narnia.

    Cariños!!!!!!!!!!!!!!!!

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